Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.

jueves, 16 de diciembre de 2010

"Pulgarcita" Ana Clara (7 años) sin terminar

Había una vez una señora que vivía sola. Su mayor deseo era
tener una niña, pero nunca la tuvo. Un día, fue a visitar a
una bruja para que le concediera su deseo':
-Planta este grano de cebada y espera a que crezca la flor- le
dijo la bruja. la señora plantó el grano de cebada y lo fue regando hasta que creció un tulipán. Cuando los pétalos de la flor se abrieron, apareció una niña, tan pequeña como el dedo
pulgar. como eres tan pequeñita, te llamaré Pulgarcita exclamó
la señora. Pasó el tiempo y Pulgarcita vivía feliz en su nueva casa. La señora le preparó una camita con una cáscara de nuez y un estanque improvisado en una taza con agua. De
esta forma, Pulgarcita tenía el mundo a su medida.

Pero una noche, una rata entró en la casa. Al ver a Pulgarcita, te pareció tan bonita que decidió llevársela a su
hijo: ¿Te gusta la chica que te he traído?-le preguntó a su
hijo al llegar a casa. Sí, croac, me gusta mucho. La mamá
rana puso a Pulgarcita en una hoja de nenúfar en medio
del estanque para que no pudiera escapar. Pero a los peces
les pareció tan bonita que cortaron el tallo de la planta y
la arrastraron lejos de las ranas para que pudiera marcharse.
Entonces la vio un moscardón que se la llevó a su refugio.
Es bonita dijeron sus compañeros, pero no se parece a nosotros.
Déjala marchar. Y Pulgarcita pudo escapar de los moscardones .
Vivió un tiempo entre las flores, porque no savía a dónde ir.
Cuando llego el frío invierno, decidió aceptar la ayuda de una araña: Ven conmigo, te buscaré un abujero en un olivo y
te tejeré una puerta con mi hilo. Pero la araña, después de un
tiempo, se cansó y dejó de ayudarla. Entonces Pulgarcita
encontró un ratón que le ofreció su escondrijo: Puedes quedarte
conmigo, si quieres, pero tendrás que ayudarme a cuidar la casa.
Pulgarcita cocinaba y le contaba historias al ratón a cambio de
un refugio para no pasar frío.

Un día el ratón recibió la visita de un topo amigo suyo, que se enamoró de Pulgarcita:
Soy muy rico. Si quieres casarte conmigo, haríamos una buena pareja.
Pulgarcita lo miraba asustada, porque el topo era muy feo. De todos modos,

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